jueves, 11 de septiembre de 2014

ANIMAL DE GALAXIA




Cayó de una tormenta en el sol de una noche del penúltimo mes (bien dijo Silvio)
Y como cuando se llega a cualquier sitio desconocido, Animal de Galaxia esperaba todo. Así la conoció.
Sin saber de que se trataba, se divertía con su irreverencia y arriesgo, le enternecía su miedo, lloraba con sus lágrimas y la admiraba por ingenua. Gozaba que la incertidumbre la sorprendiera con la misma emoción de abrir un regalo y no como una jodida amenaza; con ella aprendió que la vida en la tierra era disfrutar el día y no amargarse por un futuro incierto -al que no había necesidad de esperar porque siempre llegaba- respirando la tranquilidad de vivir nada como cierto y todo como posible. Así, Animal de Galaxia aprendió a vivir...y a amar.
Fin




Escrito por Alicia Ayora Talavera



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