viernes, 13 de marzo de 2015

¡NO VOLVERÉ A LEER NINGÚN LIBRO!




Mientras iba leyendo aquel libro enorme de más de 900 páginas su corazón subía, bajaba, crecía, se reducía, se apasionaba.

También suspiraba, gemía, lloraba, se entristecía…casi siempre se alegraba. A veces le odiaba por cosas tan ciertas que decía, pero feliz las recordaba. 

Algunas noches quería leerlo pero la fatiga agobiaba, el libro dispuesto sobre la cama con ganas de ser leído siempre paciente esperaba.

Quería tenerlo en su pecho todos los días, le besaba, olía, acariciaba. Miraba sus letritas, las subrayaba. Lo llevaba en el portafolio, lo metía al baño, también bajo la sábana.

Le juró leerlo despacio para que durara hasta la muerte. Pero eso era imposible, había sido engañada.

Aquel libro se acabó. Le grito cosas, le pidió perdón, lo lanzó al piso, le arañó la portada.
¡No volveré a leer ningún libro! Gritó, eso era imposible y un segundo después berreó desconsolada.

Se sintió desecha, vacía, desmembrada y los primeros días sentía que de nostalgia se ahogaba.

Por un tiempo no leyó libros ¡sentía que los odiaba! pero en el fondo sabía, que lo mejor de la vida fue estar enamorada. Que cada libro era distinto por su historia contada, si era eterno o no duraba, era lo de menos, al final valía la pena vivirlos, gozarlos con todas y cada una de sus subidas y bajadas.


Escrito por Alicia Ayora Talavera

MICRO HISTORIAS DE AMOR Y OTROS DESPECHOS



Micro historia 1 
...cual fue su sorpresa después de una noche arrebatada. 
Ella nunca le llamó.
Fin

Micro historia 2
...sabía que sus lágrimas eran mal augurio.
El amor prefirió suicidarse.
Fin

Micro historia 3 
...frente a la cama que habían compartido por noches enteras
rabiosa le gritó ¡lárgate y llévate lo que quieras!
Se llevo su corazón.
Fin

Micro historia 4
...me comprometí a amarle siempre.
Pero llegaste tu.
Fin

Micro historia 5
...le diagnosticaron mal de amores, se enamoraba fácilmente.
la psiquiatría desconocía que lo enamorable abundaba.
Fin

Micro historia 6
...y después de años de injurias, diferencias, reproches
murieron juntos y felices para siempre.
Fin

Micro historia 7
...enamorarse era asunto del cerebro.
No del corazón.
Fin


ESCRITO POR ALICIA AYORA TALAVERA



domingo, 8 de marzo de 2015

¿INGENUIDAD, OPTIMISMO?




Por más que intente, no encuentro la forma de contradecir que la vida ha sido generosa, muy generosa conmigo. Como única explicación razonable hasta hoy, atribuyo esta suerte a un cierto grado de ingenuidad o quizá de optimismo, no se si me he negado a ver la vida como dicen que es refugiándome la mayor parte del tiempo en mi imaginación y mis sentidos. Haciendo memoria, creo que he vivido una vida ordinaria, simple y tan relajada que la palabra frustración me suena extraña y desconocida y la tragedia me suena a la desventura de la guerra y la violencia. Quizá solamente soy un ser humano que vino sin frenos, o con mucha hambre de vivir porque nada me ha detenido.

He vivido cosas difíciles como todos. La que más ha requerido de entereza me llevó de la mano a la banca de los que alcanzan paz, después de haber entendido que la única certeza es la misma incertidumbre. Para mi no es que la vida cambie en un segundo, eso creemos porque vivimos de expectativas, creo que la vida tan solo sucede. Solo podemos tener bajo control nuestra voluntad, nunca la de otros, nunca la voluntad de la vida misma. A mi la incertidumbre me libró del peso de todo aquello que cargué en algún momento y también de todo aquello que me pudo haber pesado.

Algunas veces siento que no entiendo nada de como dicen que es la vida, pero me retracto cuando pienso que tan solo es que la entiendo diferente, más que explicaciones me dejo llevar por sensaciones y todo ha salido a pedir de boca, lo sé porque estoy rodeada de todo lo que necesito, de la gente que me quiere y quiero.
  
Y bueno en esa forma de vivir ingenua, no me creí aquello de que los golpes de la vida nos enseñan a ser fuertes, yo siempre me he sentido fuerte porque en mi vocabulario la palabra debilidad no estaba inscrita. Que dejaría de soñar en algún momento porque la vida no es color de rosa, la mía era y sigue siendo de colores, todos los necesarios para poder distinguir las cosas y hacerla visible. Si hubiera creído ambas cosas mi mundo de fantasía, o ese sueño del que no he despertado, se hubiera perdido cuando llegó a mi vida mi hijo Carlos.

Una vez más comprobé que ese tipo de afirmaciones o discursos no aplican en el mío, me jacto de ser muy optimista y poco realista. Si fuera realista,  no habría luchado tanto y hubiera aceptado los diagnósticos desoladores sobre la vida de mi hijo.

Mi vida ha sido todo lo contrario. Primero llegó mi hijo Ray, la luz de mis ojos, para amortiguar el camino. Mi persona favorita amarró con su sensibilidad una capa de la mujer maravilla a mi garganta para seguir volando. Ray es mi maestro de vida, con él he podido corregir mis trastadas, aprendí a escuchar mi corazón y hacer a un lado la razón, solo así se sobrevive a cualquier cosa. Solo así he podido ser la persona que Carlos ha necesitado.

En realidad, la prueba si de pruebas se trata, no fue Carlos, fue Ray. Una prueba a mi humanidad, a mi razón, a mi corazón, a mi entrega, a mi amor de madre, a mis defectos, a mi entereza, perseverancia, compromiso, voluntad. 

Entré al ruedo. Jamás imaginé que entre el dolor de lo no imaginado, Carlos traía bajo el brazo regalos que sigue sacando. Carlos mi bebe por siempre, también mi maestro de vida, con el que he aprendido cosas fundamentales como la responsabilidad por el otro. Con él, he agudizado mis sentidos. 

Y durante el camino, entre subidas tortuosas y bajadas casi de caída libre, la vida seguía siendo para mi maravillosa, quería gritarlo al mundo. Nunca tuve el menor reparo en compartir la llegada de Carlos, ni su biología, ni mi sufrimiento.

Escribir ha sido algo terapéutico para mí desde siempre (antes no lo sabía pero hoy puedo decirlo que así fue) Guardo mis diarios de niña y adolescente. Así nace la idea de escribir mi experiencia con Carlos. 

Y como he dicho en otras ocasiones ya sembré un árbol, tuve dos hijos, y escribí un libro, pero no puedo morir tranquila, quiero más árboles y libros.



Resumen de discurso, presentación de SOMOS UNO, FILEY 2015


lunes, 2 de marzo de 2015

DAMASIDAD Y CABALLEROSIDAD ES ASUNTO DE BUENOS MODALES Y NO ASUNTO DE EQUIDAD DE GÉNERO




Padre y madre hicieron su mejor esfuerzo por inculcarme buenos modales, esos que invitan a quien esté junto a mí a sentirse cómodo.

En mi concepto no entra lo femenino ni lo refinado (imposible cumplir con esos requisitos, ahí les falló y lo agradezco, me dejaron ser yo).

Mi damasidad es con hombres y mujeres. Abro puertas, jalo sillas, pregunto que quiere beber cuando vamos a cenar, regalo flores, quito los zapatos, sobo pies, dejo pasar de primera, ayudo a bajar un escalón, pago la cuenta, beso mano, cambio la llanta ponchada, doy un lugar en el camión si le toca ir parado, declaro mi amor.

Que hagan todo eso por mí no me minimiza, al contrario, me enaltece: depende desde donde lo vea yo y por supuesto el caballero. Que hagan todo esto por mi, no me quita el poder que tengo sobre mis decisiones, sobre mi vida y eso muchos caballeros lo saben cuando demuestran su caballerosidad. 





Escrito por Alicia Ayora Talavera