miércoles, 18 de mayo de 2016

EL NUEVO DESORDEN AMOROSO DE ALAIN FRINKIELKRAUT Y PASCAL BRUCKNER



EL NUEVO DESORDEN AMOROSO NOS DESORDENA A TODAS Y A TODOS. EL CAOS HA GANADO LA BATALLA A LA ARMONÍA. LA DECONSTRUCCIÓN LE HA GANADO A TODAS LAS CONSTRUCCIONES. 

Tengo que iniciar usando como epígrafe las mismas palabras del anti-psiquiatra Thomas Szaz que traen a colación los autores para el tema:

“En la medida en que la ideología que amenaza actualmente las libertades individuales no es religiosa sino médica, 
el individuo debe estar protegido no por unos sacerdotes sino por unos médicos.”

El nuevo desorden amoroso es un libro-ensayo sobre la medicalización del sexo: del orgasmo, del placer sexual, de la satisfacción y una gama amplia de puntos relacionados. Medicalizar es entrar al parangón de lo natural y de lo sano. Bruckner y Frinkielkraut, dos de mis filósofos contemporáneos favoritos, adelantados a la época (cabe la enorme posibilidad de que la atrasada sea yo… por el continente en el que habito) cuestionan la “teoría del orgasmo” de Wilhelm Reich, quien considera que “la salud psíquica depende de la potencia orgástica, y que la enfermedad mental es un resultado de las perturbaciones de la capacidad natural de amar”. ¡Por dios! ¡Qué manera de infectar lo mejor que nos quedaba, que manía de querer “curar y corregir” a todo el mundo! Sí, señores, la sexualidad ha sido una víctima más del capitalismo, del progreso, de lo medible, cuantificable, cualificable.  (No es que tenga algo contra Reich, porque él desmitificó muchas regiones antes vedadas y sufrió la avalancha de ignorancia de tres regímenes: el comunista-socialista, el nazi nacional-socialista y el capitalismo-imperialista: víctima de los tres sistemas).

“La palabra falocracia que supone a los hombres amos de las mujeres, contiene una extemporalidad flagrante, pues si bien existe dominio, la mujer es la esclava de un esclavo. Sometido al código de la virilidad, a la necesidad ciega de aumentar su rendimiento”.

En la sociedad de consumo las necesidades hay que crearlas, y luego ofrecer con mano benevolente y salvadora el golpe de la satisfacción o cura en la fe incuestionable a la ciencia. Así llega  la “sexología burguesa o política” -se me antoja vestida de blanco y con azahares envenenados- como la pócima para el mal, la medicina para el amor. La cura a su “enfermedad construida”.

La obra inicia paradójicamente con el orgasmo y las implicaciones sociales ante la “concepción científica del mismo” sobre la vida del individuo; origen de modelos, códigos y roles sociales.

La revolución sexual, pornografía, prostitución, el amor, el goce femenino… son algunos otros  puntos deconstruidos que forman parte de este tesoro de libro.

Me encantaría transcribir algunos párrafos que no me canso de releer, pero son tantos que sería hacerlo con el libro entero. Si eres de alma irreverente, blasfema e irónica “propia del genio filosófico y liberal, el sello de la mente humana, el instrumento irresistible del progreso”, escribió Proudhon, ¡lo mejor es leer la obra completa!

El nuevo desorden amoroso, publicado por Anagrama, colección Argumentos, quinta edición, 1966, Barcelona-España, de Pascal Bruckner y Alain Frinkielkraut, es parte de mi colección de obras predilectas. Creo que el libro se lo robé a un amigo, pero ha sido el mejor acto que he cometido en esos órdenes.



AÑADO:

Sobre los autores:

Pascal Bruckner, es filósofo y novelista francés, nació en París en 1948. Colaborador habitual de Le Nouvel Observateur, en 1995 obtuvo el Premio Médicis de ensayo por La tentación de la inocencia y en 1997, el Premio Renaudot por la novela Los ladrones de belleza. Otra de sus novelas, Lunas de hiel, fue adaptada al cine por Roman Polanski. Entre sus títulos ensayísticos, (además de este ensayo, que escribió en colaboración con Alan Finkielkraut), está La euforia perpetua y Miseria de la prosperidad.

Alain Finkielkraut, filósofo y ensayista francés de origen judío polaco,  es profesor de Historia de las ideas en la Escuela Politécnica de París.

Ha publicado numerosos ensayos sobre el mundo moderno, siguiendo la estela de otros pensadores como Hannah Arendt o Michel Foucault, mostrando una gran desconfianza en el progreso.

Algunas de sus obras son La derrota del pensamiento, 1987, El judío imaginario, 1981, La sabiduría del amor 1984 así como La aventura a la vuelta de la esquina escrita  también en colaboración con Bruckner. Finkielkraut es un activo defensor de la comunidad judía. Todos sus libros son exquisitos. ¡Hay que buscarlos!


miércoles, 4 de mayo de 2016

SEDA



Si resumiera en una palabra la obra “Seda” (1996) de Alessandro Baricco, usaría “exquisita”. 
El título también puede hacer alusión a la forma de narrar del autor -acaricia con palabras- así como a la delicadeza del romance que se desarrolla en la novela. No cabe duda que muchos se puedan sentir identificados con la intensidad de un amor imposible...¿Acaso lo posible no es tal y como sucede? 
Difícil tarea entender que nada de lo que imaginamos o deseamos será de esa manera, ni en tiempo ni en forma y ese hecho lo convierte como en lo único posible, lo perfecto; deseo cumplido deja de ser deseo. Caduca. El deseo permanece únicamente ante la imposibilidad de cumplirse. Quizá por eso el amor (como algo determinado) es un ideal, una vez alcanzado… se desmorona. Bah! 
El amor y sus infinitas formas, sin principios ni fines. 
La historia inicia en Lavilledieu Francia pueblo convertido en productor de seda gracias a Baldabiou. La epidemia de pebrina llega a Europa arrasando con los huevos del gusano de seda y  Hervé Joncour  es convencido por Baldabiou para viajar “hasta el fin del mundo”. Japón. Isla de leyendas sobre la producción de la seda más linda del mundo, isla de velos tejidos que al tocarlos es como tocar la nada. Llegar ahí  es travesía de meses que culmina en una aldea en las colinas a las que llega Hervé la primera vez con los ojos vendados y donde pasa una noche antes de negociar la compra de huevos con Hara Kei, el hombre más inexpugnable de Japón “amo de todo lo que el mundo conseguía arrancar de aquella isla”. Mientras Hara sentado en el suelo con las piernas cruzadas escucha detenidamente al francés en aquella habitación que no ostenta lujo, acaricia el cabello de la mujer vestida en seda roja que descansa con los ojos cerrados la cabeza sobre su regazo. La conversación pasa a segundo plano, deja de importar en el momento que la mujer de ojos sin rasgo oriental, los abre y fija la mirada sobre Hervé quien trata de no inmutarse. 
Justo aquí la historia muerde la desesperación del lector por saber todo aquello que acontecerá; fui arrastrada a la velocidad de la luz y devoré en un par de horas hasta el final el libro. Seducida por “Seda” llegué al climax del regocijo que pueda causarme una historia; luego vino un silencio punzante, el de mi deseo de un final corriente -ese que todo el mundo espera del amor- que inútil se debate ante la risa sarcástica de la belleza de un romance perfecto. 
Esta novela es un suspiro.
No puedo irme sin transcribir mi fragmento predilecto, el que amé.

"Baldabiou escuchaba.
Le hizo daño oír, al final, como Hervé Joncour decía en voz baja.
-Ni siquiera llegué a oír nunca su voz.
Y al cabo de un momento:
-Es un dolor extraño.
En voz baja.
-Morir de nostalgia por algo que no vivirás nunca".


Alessandro Baricco, novelista, dramaturgo y periodista italiano nació en Turín en 1958. En los inicios de los años 90 debutó como escritor de ficción con la novela “Tierras de cristal” (1991).
Sus novelas posteriores  están narradas muy al estilo de Baricco, poéticamente. Entre ellas están “Océano Mar” (1993), “Seda” (1996), “City” (1999), “Sin sangre” (2003), “Homero, Ilíada” (2006) y “Esta historia” (2007), y también obras de teatro, entre ellas “Novecento: Un monólogo” (1994), “Totem” (1999) o “Davila Roa” (1996).

También es fundador de la escuela de técnicas de escritura llamada Holden (en homenaje a Salinger), y curiosamente es un escritor alejado del “circo” mediático, apenas concede entrevistas (¡eso me encanta!)
La novela “Seda” fue traducida por Xavier González Rovira y Carlos Gumpet.
Primera edición Editorial Anagrama. 

martes, 3 de mayo de 2016

CAÌN


El pecado está en la lengua.  Así es. Esto desde que Dios decidiera darle a Adán y Eva la forma de ponerse en “contacto con las interioridades más profundas del ser corporal” y “causar la oscura y laberíntica confusión” que nos persigue hasta hoy día.
Muy a su estilo de “narrar sin respiro” para ser leído de la misma manera, Saramago hace un repaso histórico de pasajes bíblicos, predecibles en el desenlace de cada escena para los que han tenido algún tipo de contacto con esta historia e inhóspitamente inconcebibles para la moral implementada en las enseñanzas de las sagradas escrituras. ¡Blasfemia!
En realidad el pecado original es haber usado la cabeza, o lo que es lo mismo pensar por cuenta propia.
Dios -por ser dios- no tiene que reconocer públicamente haber errado; posiblemente por eso los mortales creen que no los comete… ¿acaso prohibir comer del árbol del conocimiento sobre el bien y el mal y dar raciocinio a sus creaturas no es incongruente? El “génesis” es el pensamiento y la genealogía de la moral- no la de Nietzsche-.
El destierro del paraíso muestra la faceta de Adán como hombre. Con tantos temores como los de Eva, pero los procura ocultar bajo su imagen de macho. Mientras tanto Eva se descubre ¡atrevida!, ¡audaz!, ¡emancipada!
Acabada la buena vida, el castigo del trabajo para Adán y las incomodidades del embarazo hicieron de él un buen agricultor y de ella la madre de tres hijos.
A pesar de haber sido los mejores amigos de infancia los dos mayores comienzan a mostrar distintas vocaciones. Caín se dedicó al campo y Abel al ganado. Como manda la obligación y tradición religiosa, el día de la ofrenda a dios, Abel quema carne de ganado y Caín los productos de la tierra. El humo que se pierde en las alturas es señal de haber sido aceptada la ofrenda. Para mala suerte de Caín, el humo de la suya se difumina sin subir, señal del rechazo sin contemplaciones. Tras varios intentos fallidos se desata la burla de Abel hacia el hermano, no sólo ese día, sino toda la semana. El final ya lo sabemos. Dios aparece frente a Caín: “¿Qué has hecho con tu hermano?, preguntó, y Caín respondió con otra pregunta, ¿Soy yo acaso el guardaespaldas de mi hermano?; Lo has matado, Así es, pero el primer culpable eres tú, yo habría dado mi vida por su vida si tú no hubieses destruido la mía, Quise ponerte a prueba, ¿Y quién eres para poner a prueba lo que tú mismo has creado…?” ¡Jesús, María y José! Diría mi abuela.
Y así como en este fragmento, Saramago pone dentro de los diálogos de los personajes una pregunta tras otra cuestionando  a un dios que no es de fiar. “Qué diablo de dios es éste que, para enaltecer a Abel, desprecia a Caín”.
No hay nada que haya leído de José Saramago que no me provoque suspiros, risas ante su sarcasmo, y el deseo de escribir algún día sin respiro como únicamente lo sabía hacer él.
José Saramago hijo de campesinos pobres, nació en Portugal en 1922. Su primera novela “Tierra de Pecado” fue publicada en 1947; a pesar de las críticas favorables, no volvió a escribir hasta veinte años después. Fue una persona comprometida con el género humano. Premio Nobel de Literatura en 1998, su obra está considerada como una de las más importantes de la literatura contemporánea.
Entre  sus obras están “Alzado del suelo” (1980) fue la novela que le reveló como el gran novelista maduro y renovador portugués. “Memorial del convento” (1982), “El año de la muerte de Ricardo Reis” (1984), “La balsa de piedra” (1986), “Historia del cerco de Lisboa” (1989), “El evangelio según Jesucristo” (1991) y “Ensayo sobre la ceguera” (1995), obra en la que el autor desde planteamientos éticos advierte sobre "la responsabilidad de tener ojos cuando otros los perdieron". Murió el 18 de junio del 2010.

Escrito por Alicia Ayora Talavera